Resulta claro que para el mantenimiento del equilibrio y la salud de cualquier ser vivo es imprescindible alimentarse. Ahora bien, en el hombre los actos de comer y beber no sólo representan una conducta biológica destinada a la supervivencia, sino que son actos que tienen en conjunto un gran significado social y cultural.
Precisamente por la fuerte carga simbólica de la conducta de comer, ésta puede servir de vehículo de expresión de algunas enfermedades. Esta conducta anómala se encuentra con frecuencia en trastornos de la alimentación que no dependen de una perturbación directa de los mecanismos neurofisiológicos del hambre y la sed, sino que son recursos expresivos mediante los cuales el individuo manifiesta sus disconformidades con el ambiente y sus problemas afectivos.
El acto de comer es un fenómeno de comunicación social, con todas las implicaciones que esto comporta. Por ejemplo, una persona que por motivos de salud debe seguir una dieta muy estricta, puede llegar a sentirse parcialmente excluida del grupo del que forma parte, lo cual puede repercutir desfavorablemente sobre su salud, aún en el caso de que la dieta prescrita fuese correcta en términos estrictamente médicos.
Pueden existir, y esta posibilidad nunca debe ser olvidada, abundantes causas orgánicas como afecciones digestivas, infecciosas, metabólicas y neurológicas, que pueden producir problemas en relación con la cantidad de comida que se ingiere.
En otros casos, el trastorno alimentario es un síntoma, aislado o no, de un trastorno de la personalidad del individuo o de alguna función de su vida psíquica. Estos trastornos en la alimentación, fáciles de entender si se considera la importancia de las comidas dentro de la vida de relación de la persona, puede ser expresión de diversos sentimientos, inadaptación, conflictos, oposiciones, ansiedad...
Por ejemplo, puede considerarse que en los estados de depresión hay tendencia a la anorexia, mientras que en los estados de ansiedad, pueden producirse el mismo síntoma o, por el contrario, presentarse conductas impulsivas y abusivas respecto a la comida, como un intento de olvidar la sensación de ansiedad.
La persona en armonía, adaptada a las tensiones de su ambiente, presenta unas reacciones normales a las sensaciones de hambre y sed, sin caer en trastornos por exceso o defecto.
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OBESIDAD
Hablamos de obesidad cuando se supera en un 30% el peso ideal, ya que es a partir de ese momento cuando se produce una relación más clara entre obesidad y distintas enfermedades físicas.
La obesidad es un problema que preocupa a un elevado número de personas en la cultura occidental, no sólo por sus consecuencias físicas sino estéticas. Por increíble que parezca, cuando preguntamos a una persona con exceso de peso, qué es lo que más le preocupa, no suele hacer mención a su colesterol o falta de agilidad, sino a que les miran por la calle, que se sienten diferentes a los demás, no encuentran ropa, etc.
La mayoría de personas con exceso de peso han intentado hacer muchas dietas, y en el mejor de los casos han perdido algunos kilos que luego recuperan con facilidad, en cuanto hacen una vida "normal". Se sienten engañados porque no parecen encontrar una solución a su problema.
¿Qué hay detrás? ¿algún complejo? ¿baja autoestima? ¿un aprendizaje inadecuado?, el caso es que los problemas, de cualquier índole, terminan en la nevera. La comida deja de utilizarse únicamente como elemento para satisfacer necesidades nutricionales, y se utiliza para escapar de la realidad cotidiana, para reducir ansiedad, para evitar aburrimiento, para sentirse mejor, incluso para nada; algunas personas llegan a confesar que no saben porqué comen, que no hay motivos especiales, pero no pueden dejar de hacerlo.
Desde un punto de vista psicológico, incluimos la obesidad dentro de los trastornos de alimentación ya que parece clara la relación que existe entre obesidad y malos hábitos de alimentación. Por unas causas (ambientales, genéticas, personales) u otras, las personas obesas ingieren más calorías de las que necesitan.
¿Qué factores contribuyen a que aparezca y después se mantenga la obesidad?:
1.- Factores biológicos: parece indudable que una carga genética influye en el peso corporal de las personas. No todo el mundo tiene la misma constitución, ni consume energía de la misma manera. Puede existir cierta predisposición para engordar en algunas personas.
Esto no significa que haya que tirar la toalla y renunciar a un cuerpo saludable, se pueden aprender pautas de alimentación sanas que ayudarán a controlar esa tendencia constitucional. Pero siempre sin exagerar. Conviene recordar que tener unos kilos de más no es problema alguno para la salud, ni por supuesto para la estética, uno puede estar igual de atractivo con dos o tres kilitos de más ¿verdad?.
2.- Factores psicológicos: ansiedad, depresión, aislamiento social, falta de confianza en uno mismo, mala visión de la propia imagen corporal.
Algunas recomendaciones:
- Consultar con el médico, para que él opine si existe exceso de peso o no.
- Caso de existir exceso de peso, seguir la dieta que el médico haya prescrito para nuestro caso particular. Debido a la constitución específica de cada persona, la dieta que sirvió de maravilla a nuestro amigo, puede ser incluso contraproducente para nosotros.
- No iniciar una dieta si se está atravesando un mal momento por otras circunstancias personales. Es mejor solucionar antes estos temas.
- Continuar con tu vida normal. Que hacer dieta no se convierta en el centro de tu vida.
- No te olvides de dedicar tiempo a tus amigos.
Te puede ayudar consultar con un psicólogo que te ayude a cambiar comportamientos que te pueden estar anclando en un estilo de vida obesogénico. Y recuerda que los cambios no se producirán de la noche a la mañana, pero con esfuerzo y ayuda, todo se consigue.
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ANOREXIA
La anorexia es un trastorno psicológico cada vez más conocido y, por desgracia, extendido. Afecta fundamentalmente a chicas jóvenes de familias prósperas, aunque alcanza también a otras clases sociales y a varones.
Se trata de un trastorno de la conducta alimentaria con algunos síntomas bien sabidos: rechazo generalizado al hecho de comer, evitación de actos familiares o sociales que giren en torno a la comida, hiperactividad, idealización de la delgadez subjetivamente nunca alcanzada aunque objetivamente sea extrema.
Sin embargo otras alteraciones como infertilidad inexplicable, problemas dentales excesivos, edemas o trastornos digestivos, pueden también ser síntomas de la desnutrición que acompaña a la anorexia.
Existen numerosas hipótesis que intentan explicar el origen de este problema. Alteraciones en la estructura familiar, con apariencia de armonía y una gran desilusión encubierta. Evitación de circunstancias temidas asociadas todas ellas a la madurez psicosexual y la responsabilidad. Pasando por toda una serie de creencias irracionales, como el pensar que "ser atractiva significa, sobre todo, ser delgada".
Esta enfermedad, como cualquier otra requiere del tratamiento adecuado:
- Asistencia médica nutricional.
- Psicoterapia individual, de grupo y/o familiar.
- Vigilancia regular de sus condiciones físicas realizando la analítica necesaria.
Es muy importante que el paciente se sienta respaldado por las personas de su entorno, le ayudará a entender el problema que sufre y a superarlo.
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BULIMIA
El concepto de bulimia, como sinónimo de comida voraz, atracón, o exceso de comida compulsiva, se refiere al consumo de grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo.
Este concepto utilizado en psicopatología tradicional y considerado como un síntoma asociado a trastornos orgánicos o psicológicos, se utiliza desde los años 60 para hacer referencia a un conjunto de síntomas:
- Un impulso irresistible a comer en exceso, casi siempre en secreto,
- Seguido por vómitos autoinducidos y/o purgantes,
- Alternados con episodios de ayuno, para conseguir mantener el peso del cuerpo en control dentro de los límites normales.
Factores que mantienen la bulimia:
- Restricción crónica de comida, el someterse a una dieta severa.
- Factores biológicos, pueden ser los responsables de este ciclo insidioso.
- En ocasiones, el metabolismo se adapta al ciclo bulímico de comer excesivo y purgación, disminuyendo su ritmo, incrementando así el riesgo de aumentar el peso inclusive a través de la ingestión normal de calorías.
- Durante la etapa de dieta entre los períodos de comer excesivo, las personas se tornan a menudo irritables, deprimidas y pueden tener una tendencia mayor a expresar trastornos de personalidad.
- Los sentimientos positivos sólo pueden ser restaurados con otro período de comer excesivo; y sigue así el ciclo.
La explicación de este trastorno
Existen numerosas hipótesis que intentan explicar el origen de este problema. Desde alteraciones en la estructura familiar, con una apariencia de armonía y una gran desilusión encubierta. Hasta una evitación de circunstancias temidas asociadas todas ellas a la madurez psicosexual y la responsabilidad. Pasando por toda una serie de creencias irracionales, como el pensar que "ser atractiva significa, sobre todo, ser delgada".
Como digo, todas estas explicaciones son hipótesis con las que actualmente se está trabajando con éxito, aunque no se conozca un determinante claro de la enfermedad.
Tratamiento
Psicoterapia individual, de grupo y/o familiar.
Asesoramiento nutricional.
Vigilancia regular de sus condiciones físicas realizando la analítica necesaria.
