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Publicado: 24 de Mayo de 2020
Estos días hemos tenido la oportunidad de ver las cosas de otra forma, de revisar viejos prejuicios y mirar nuestra familia de una manera más ajustada al momento evolutivo en el que se encuentra. De una forma u otra, a todos nos ha pasado.
Quizá antes éramos de esos papás que lo resolvíamos todo como superhéroes, nos ocupábamos de todas las tareas domésticas, sin permitir que nuestros hijos participen ni conozcan esas labores, tan necesarias para el desarrollo de su autonomía. O quizá éramos de esos padres que no escuchábamos sus historias, por pensar que lo sabemos todo y mucho mejor que nadie, que justamente es a mí a quien ellos deben escuchar y no yo a ellos. O éramos de esos, de no dejarles intentar las cosas para aprender, porque nosotros lo hacemos requetemejor y más rápido.
Quizá, ahora, hemos dedicado tiempo para escuchar sus historias, y conocerlos, más que imaginarlos. Quizá hemos podido ver claramente, a través del contacto diario con ellos, que sencillamente son maravillosos como son, personas con las que uno disfruta en su cercanía.
Os animo a continuar en este modelo de relación que mira y escucha, que acompaña y acoge, que invita a vivir con ilusión.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba.