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Publicado: 21 de Junio de 2019
Toda vida es una constante educación. Eleanor Roosevelt.
Ahora acaban las clases, los peques y no tan peques terminan sus cursos académicos, pero siguen aprendiendo, igual que los mayores. Estos meses de vacaciones no mirarán ni escucharán a sus profes,todas las miradas serán para sus papás que son ese ejemplo maravilloso y permanente.
Toca aprender cosas diferentes, pero no menos interesantes. Por ejemplo aprender a repartir el tiempo entre todas las cosas que se quieren hacer. Colaborar un poquito más en casa, saberse necesarios y útiles. Leer cuentos o libros por placer y sin prisas, conocer un montón de historias, de personajes y sitios lejanos o cercanos. Ver películas, bañarse en la piscina, visitar algún sitio nuevo, hacer excursiones por el monte fresquito, bañarse en el río, en la playa, observar el ir y venir del mar, bucear, ver un atardecer o muchos, tomar helados, probar nuevos sabores y disfrutar de estar con personas queridas.
A lo mejor podemos hacer algún campamento, algún taller donde aprendamos algo diferente al resto del año…
No sé, el verano me parece una época maravillosa de tiempo libre, de descanso y de hacer cosas distintas que nos permitan seguir aprendiendo a los pequeños y a los mayores. Porque hasta el último día de nuestra vida siempre aprenderemos algo.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.