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Publicado: 6 de Junio de 2021
Todo lo que hacemos y lo que no hacemos es comunicación. Desde que nacemos. ¿Dónde aprendemos a comunicar? Lógicamente, en el seno de nuestra familia. Aquí es donde tiene lugar el primer intercambio de información con una finalidad. El bebé llora para conseguir alimento, seguridad o cariño. Y los papás responden a ese mensaje generando una interacción. Parece claro que una de las finalidades de la comunicación es sobrevivir.
Cómo nos comunicamos, cuál es el estilo de la comunicación. Depende de la edad, la educación, el entorno, las expectativas…. Pero siempre comunicamos. No es posible no comunicar. Incluso los silencios son una forma de expresar.
Lo ideal es que la comunicación sea rica, útil y lo más eficaz posible. Pero tiene sus dificultades. “cuando yo dije, yo pensé, que tú creías, que yo sabía…” Los malentendidos en la comunicación generan dificultades en las relaciones humanas. Los malentendidos tienen mucho que ver con las expectativas del emisor y el receptor de la información.
Aunque, a veces, se pase por alto la importancia de las expectativas de cada interviniente en el proceso de comunicación, no es un asunto menor. Con demasiada frecuencia, tenemos la convicción de que solo hay una realidad del mundo. El mundo es “tal cual yo lo veo” y cualquier discrepancia se puede atribuir a la mala voluntad.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid