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Publicado: 9 de Enero de 2022
Estamos en el mes de las buenas intenciones por excelencia. Hacer deporte, dejar de fumar, adelgazar, llamar más a la familia, viajar, ahorrar, buscar pareja, tener hijos, conseguir un trabajo… Que estos sean los propósitos más comunes no significa que se ajusten a ti.
Es algo personal que podemos definir independientemente de la edad o de nuestras circunstancias. Está relacionado con el estado interior que queremos alcanzar y con el impacto que nos gustaría dejar en otros.
Un buen propósito es un compromiso con uno mismo que nos genera energía interna. Nos ayuda a ser más libres para decidir lo que realmente nos conviene. Posiblemente en algún momento nos hemos sentido agotados o quemados por habernos dejado la piel en algo que no era de nuestro interés. Los propósitos son la respuesta a por qué hacemos lo que hacemos. Y sin embargo, a veces, no reparamos en ello.
Este proceso comienza con una reflexión. Piensa en momentos de tu vida en los que has sentido plenitud. ¿Qué hacías? ¿Cómo estabas? ¿Qué impacto tenías en otras personas?
Atrévete a pensar en un cambio que te gustaría conseguir. Definir una idea ayuda a nuestra salud mental y física, y a disfrutar más de lo que hacemos.