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Publicado: 26 de Abril de 2020
Los adultos seguimos la rutina que nos hemos planificado para este confinamiento, y que nos ayuda a ir adelante. Con ese orden vamos viendo lo que sucede, no solo a nosotros sino en nuestro entorno, vamos pensando, sintiendo muchas cosas. Los niños también.
Algunos niños viven con sus papás, que son médicos, enfermeros, personal de limpieza o trabajan en los cuerpos y fuerzas de seguridad, en un supermercado o en una residencia. Estos papás a veces llegan del trabajo tristes, muy preocupados o cansados. Y algunos niños, cuando los ven así, no dicen nada, pero sienten dolor de cabeza, un nudo en la garganta o dolor de tripa.
Sé que ducharte y cambiarte de ropa es lo primero. Pero luego coge aire y suéltalo poco a poco, como si inflaras un globo, estírate permitiendo a tu cuerpo descansar mientras escuchas tu música favorita…
Y habla con ellos de una manera sencilla. Hazles saber que te cuidas y que estás siempre a su lado, cuidando sus necesidades. Cuéntales que existe un hilo que no se ve y que une a las personas, que se quieren, de corazón a corazón. Así cuando no te tengan cerca, podrán pensar en ese hilo que los une a ti. También en estos días se cimenta el círculo de seguridad alrededor del niño, a través del vínculo que construyes cada día con tus cuidados.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.