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Publicado: 5 de Julio de 2019
El cerebro emocional responde a un evento más rápidamente que el cerebro racional. Daniel Goleman
Sucede así porque la respuesta emocional la traemos incorporada desde el momento de nacer. Incluso antes. Algunos estudios muestran cómo, desde el séptimo mes de gestación, ya respondemos a las emociones de nuestra madre.
Todos somos capaces de reconocer en un bebé la expresión de sorpresa, tristeza, enfado, alegría… No la han aprendido, pero de manera innata saben expresarla. Y los demás sabemos reconocerla ¿o no?
Las emociones son reacciones universales. Todos hemos experimentado más de una vez tristeza, rabia, asco, culpa, seguridad, curiosidad… y surgen ante situaciones relevantes. Son respuestas adaptativas. Sirven para darnos información sobre nosotros y a los demás. Por ejemplo, si alguien hace algo que nos está perjudicando, aparece la ira. Y podemos poner en marcha conductas que resuelvan esa situación. O si alguien genera un golpe fuerte detrás de nosotros aparece la sorpresa, rápidamente nuestro cerebro se desconecta de la actividad que estamos realizando y focaliza la atención en el ruido.
Por eso hay quien dice que no hemos de tener miedo a nuestros miedos, que no están ahí para asustar sino para hacernos saber que algo sucede. En lugar de evitar nuestras emociones, es mejor detenernos a observarlas, identificar qué estamos sintiendo y después regular esa emoción.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.