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Publicado: 17 de Febrero de 2019
Somos los papás
quienes nos ocupamos de estas cosas, quienes tenemos que hacerlo. En ocasiones
con la ayuda de los abuelos y siempre con el apoyo sabio de los buenos
profesores. Pero esencialmente somos los papás quienes debemos educar. Contar a
nuestros hijos, con la palabra amable y el ejemplo constante, que hay que
cuidarse en lo básico y en lo superior.
Comer bien, descansar y asearse parece lo básico. Hacer deporte, leer, aprender, respetarse a uno mismo y a los demás, esforzarse con interés o participar en la vida parece lo superior.
Y bueno, tantas cosas que contarles y enseñarles....
A veces parece que la vida se queda corta, que no dará tiempo a contarles, con la palabra y el ejemplo, todo lo que queremos enseñarles. Pero no pasa nada, cuando nosotros ya no estemos ellos seguirán aprendiendo, creciendo con la base que nosotros les pusimos y mejorando con lo que la vida les vaya trayendo, con sus golpes y sus risas.
Pero pongamos esa parte, queridos papás, eduquemos de una manera bonita y constante. Si nosotros no lo hacemos pues …se queda sin hacer. Y si no lo hacemos, es más difícil para ellos. Buscarán modelos en otros sitios, terminarán aprendiendo, sí, pero con más dificultad, con más problemas y con un vacío en el alma.
Porque los papás somos fundamentales para los hijos y si no ejercemos nuestras funciones, a ellos les queda un vacío en el alma difícil de llenar.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.