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Publicado: 19 de Junio de 2021
La violencia genera reacciones en la víctima, el maltratador y el entorno en el que viven ambos, reacciones que dependen muchas veces de la interpretación que se le da al hecho vivido u observado.
El hecho de que estas mujeres hayan soportado durante años, tan duros episodios de agresiones se debe en numerosos casos a que ni siquiera reconocen que están siendo maltratadas porque interpretan esa violencia de su pareja como normal. En estas circunstancias el elemento común a todos los discursos es el de la culpabilidad que todas ellas sentían sin saber muy bien por qué.
R. nos cuenta que no se percibió como “maltratada” en los duros años de convivencia. Cuando veía en la televisión a mujeres maltratadas y escuchaba sus testimonios, no encontraba ningún parecido con su situación. “… la relación iba como la seda, porque yo, a su primera sugerencia, lo hacía todo. De no ser así, cogía la correa. Actualmente, después de un montón de años, todavía me altera ver correas”
Lo que sucedía le parecía natural. Nadie de su entorno, a pesar de que le vieron moratones y labios partidos, se alertó, jamás. La manipulación psicológica había sido tan elaborada que lo que ella sentía era culpa. Sentía que era merecedora del tratamiento que le daba su marido porque no hacía correctamente las cosas. Y después de cada episodio de violencia debía consolarlo a él porque se había visto forzado a atacarla y era ella quien le pedía perdón a él. Por más que se esforzaba en ganarse su respeto, jamás lo lograba. Esa frustración la hacía olvidarse de sí misma y llegó a pensar en el suicidio. Pero estaba embarazada de uno de sus hijos y prefirió esperar a que naciera.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.