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Publicado: 18 de Julio de 2021
Atención es la capacidad que tenemos para poner nuestra actividad mental sobre un determinado objeto o situación. No se puede poner en varios al mismo tiempo, ya que entonces la atención se dispersa y llega la distracción.
Lo que sí puede hacer nuestro cerebro es cambiar la atención de un asunto a otro. No podemos, por ejemplo, leer un libro y a la vez mantener una conversación con alguien. La atención varía según la intensidad con que la situación atrae y según el esfuerzo de voluntad que se realiza en cada momento. Ya que hay atención voluntaria e involuntaria.
Lo que es nuevo, muy intenso o se repite con cierta frecuencia atrae de forma inmediata la atención de las personas. Aunque esto es más complejo de lo que parece a primera vista. Ya que lo novedoso, si se hace repetitivo, deja de serlo y pierde en parte su capacidad de atraer la atención involuntaria.
La atención voluntaria se apoya en la motivación. En este caso, las causas por las que se presta atención a algo, no provienen de medio sino del interior de la persona. Una preocupación, ilusión por conseguir algo de manera muy rápida, deseo de cubrir una necesidad, el interés por resolver un conflicto, … puede hacer que tenga dificultades para dirigir mi atención de manera consciente por ejemplo a la conducción de mi vehículo.
Las emociones afectan a nuestra atención y por tanto a nuestro rendimiento. La relación entre atención y pericia es enorme. El descontrol emocional es un obstáculo para la labor del intelecto.
Estos días de tantos desplazamientos en las carreteras, muchos os vais ya de vacaciones, con ganas de disfrutar. Por favor, hacedlo. Llevad vuestra atención al volante y a la circulación. Quiero que volváis.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.