Publicado: 12 de Abril de 2020
Una necesidad que, de no ser atendida adecuadamente, nos coloca en un punto de caída muy fácil hacia el reproche del otro. Y no sé si el reproche es el mejor compañero de viaje, sobre todo en este momento de confinamiento. Ahora, todo aquello que hagamos en beneficio de nuestro grupo, nos va a hacer sentir muy bien. Pero ¿quién puede cuidar de otros si no se encuentra bien?
No es raro que a estas alturas sintamos desaliento, melancolía, irritación, aburrimiento, tristeza… Si observamos la información que nos aportan a cada uno estas emociones, podremos dirigir nuestras conductas hacia el equilibrio personal, para conseguir una sensación de bienestar. Según Greenberg, nuestras emociones son un correo de transmisión de las necesidades psicológicas básicas: nuestra supervivencia, el cuidado del grupo, desarrollo y logro.
De manera que pongamos atención a cómo estás practicando tu autocuidado. ¿Con un poco de deporte diario? ¿con comidas saludables, especiales? ¿leyendo un poco más? ¿jugando? ¿mirando las estrellas por la noche? ¿haciendo planes para cuando esto termine? ¿ayudando a otros? ¿con quién estás hablando más tranquilamente?.
Permítete pequeños gestos que para ti signifiquen cuidar de ti mismo. Sé amable contigo. Piensa en las cosas que aportas y concédeles el valor que tienen.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.