/photos/449/449316975/1685879343939.png)
Publicado: 4 de Junio de 2023
Todo está bien. Pero la enfermedad llega. Y queremos cuidar de nuestro ser querido de la mejor manera posible. ¿Cómo puedo cuidar bien a otra persona si yo no me cuido?
Toca aprender a leer nuestros estados de ánimo. Cada estado de ánimo nos está enseñando algo, nos da información para poder adaptarnos al proceso que estamos viviendo. Si desoímos estos mensajes nos estamos perdiendo la capacidad de poder adaptarnos, nos estancamos y no ayudamos como nos gustaría.
Descansar físicamente es una de las cosas más importantes. ¿De qué me vale mi cuerpo si no aprendo a escucharlo, cuidarlo y respetarlo?. Permítete dormir, comer, pasear, leer, hablar con personas queridas.
Pasar por una situación de cuidado “remueve” mucho, podemos negarlo, mirar hacia otro lado, pero se sufre. El sufrimiento se apoya en la ignorancia: “no sé lo que me está pasando”, es una de las cosas que más verbalizan los cuidadores. F. Delgado explica lo siguiente: es como si estuvieran a oscuras en una habitación y se moviera dentro de esa habitación. Casi seguro que chocarían con algún objeto, romperían algo o se romperían ellos algo. Meter luz supone discernir, conocerse, madurar como persona y como cuidador. Podría decirse que cuando son conscientes del proceso encienden luces de emergencia, son pequeñas pero les permiten ver, luego van encendiendo más luces, se van conociendo, saben qué limites tienen y los respetan.
No todos reaccionamos igual ante las mismas cosas. Pero el reto se presenta y toca expresar madurez, responsabilidad. Ser capaz de hacer todo esto requiere un aprendizaje, requiere que nos expliquen qué va a pasar, y utilizar herramientas para poder afrontarlo.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.