/photos/449/449316975/1605443230491.png)
Publicado: 15 de Noviembre de 2020
Observarnos, qué emociones tenemos, cómo son. Vamos a permitirnos sentirlas, porque son mensajes que nos aportan una información personal, íntima y subjetiva.
Las emociones sentidas con mucha intensidad, y las emociones ausentes, son como el piloto rojo de un coche, la lucecita esa que si se enciende una vez igual no pasa nada, pero si se enciende repetidas veces o permanece encendida, conviene parar el coche y echar un vistazo al motor para ver qué sucede y evitar males mayores.
Por ejemplo, si sentimos rabia en una situación concreta, debemos mirar qué está sucediendo en nuestro entorno, qué injusticia o agresión estamos viendo y que no podemos consentir. Pero si vivimos con la sensación de rabia de manera recurrente e intensa, quizá deberíamos echar un vistazo al motor.
Las emociones son la guía para llegar a nuestro autoconocimiento. Generalmente las prestamos poca atención. Cuando empezamos a sentir miedo, vergüenza, tristeza, culpa… enseguida decimos “nada, nada, esto no es nada, olvídate”. No nos escuchamos a nosotros mismos.
La toma de conciencia es primordial para poder efectuar cualquier cambio. No se puede cambiar lo que no somos capaces de reconocer.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.