Publicado: 13 de Octubre de 2019
Algunas personas aprendieron a relacionarse con el mundo a
través del grito. Aprendieron a relacionarse con otras personas, a llamar su
atención a través de la queja, a buscar afecto en los demás a través del
reproche… Claro sin conseguirlo, con lo que gritan más fuerte, se quejan más,
reprochan más… con idéntico resultado, la distancia.
Se comportan como niños pequeños que montan una pataleta para conseguir lo que quieren. Y si no lo consiguen no se cuestionan su propio comportamiento, se cuestionan el de los demás. Qué malos son que no me dan lo que yo les pido.
Algunas personas aprendieron a guardar silencio, a no exponerse, a observar. Aprendieron a mirar qué necesitan los demás para darlo y volver a mirar para volver a darlo… olvidándose de ellas mismas. En algún momento estas personas sienten que no están cumpliendo con lo que tienen que hacer, que con sus silencios no consiguen lo que necesitan.
Reacciones distintas ante situaciones parecidas. Y tú… ¿qué haces cuando buscas afecto en los demás?
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.